Toda empresa necesita saber los recursos con los que cuenta para su propia organización. Es decir, para tomar las decisiones financieras más acertadas. Y también debe aportar esta información a la hora de hacer ciertos movimientos financieros con terceros.
Por eso vamos a hablarte de los fondos propios, un concepto que sirve para conocer los recursos de una compañía. Además aporta una información importante en el balance de la sociedad.
Los fondos propios de una compañía son aquellos de sus recursos financieros que proceden de aportaciones de los socios y de los beneficios que producen su actividad y los productos y servicios que ofrece.
En resumen, los fondos propios de una empresa están constituidos por aquello que pertenece a sus propietarios o socios. Así pues, los orígenes de los activos que forman los fondos propios pueden estar en:
✅ El propio momento en que se constituye la empresa y se establece su capital social
✅ Ampliaciones de capital realizadas con posterioridad
✅ Reservas de beneficios creadas en ejercicios anteriores
Dentro del balance, y en concreto del pasivo, los fondos propios muestran los recursos con los que cuenta la empresa y la solvencia de la misma. Y existen 3 posibles escenarios:
Ahora bien, para interpretar la información de los fondos propios hay que tener presente el contexto en el que esta se da. Recuerda que los fondos propios pueden bajar si se han repartido dividendos, por ejemplo, si se han acumulado resultados negativos o si se ha reducido capital. La Ley de Sociedades de Capital obliga a actuar cuando los fondos propios son negativos e inferiores a la mitad del capital social, en cuyo caso es necesario aumentar los fondos propios a través de una ampliación de capital o disolver la empresa.
Las partidas que pueden formar los fondos propios de una compañía son las siguientes:
Para entender la diferencia entre ambos conceptos, debemos saber que el patrimonio de una empresa se divide en 3 partes:
Como se puede observar, los fondos propios no forman parte del patrimonio neto, y además incluyen legados, donaciones y subvenciones.
→ Es decir, los fondos propios pueden incorporar aportaciones económicas de terceros, sean personas físicas o jurídicas.
En el ámbito contable tan solo se suele hablar de patrimonio neto, mientras que en la tesorería es mucho más útil e interesante manejar el concepto de fondos propios.
Es normal que si una empresa se plantea hacer negocios con otra, ofreciéndole sus productos o servicios, quiera saber cuál es la solvencia de esa otra compañía.
La solvencia depende de los fondos propios de la sociedad, entre otros elementos.
Si una empresa solicita un crédito a un banco, esta entidad también investigará sus fondos propios y patrimonio neto para decidir si darle el préstamo y qué garantías le pediría en su caso (por ejemplo, un aval).
Es posible que los fondos propios de una empresa varíen siempre que en esta se produzca un aumento o reducción de capital.
→ También se puede dar cuando la compañía tenga pérdidas o beneficios.
Cuando una empresa tiene un nuevo socio potencial, este va a mirar sus fondos propios, ya que estos le indican cuál es la solvencia de la sociedad. Del mismo modo, las financieras tienen en cuenta esta cifra para tomar una decisión acerca de si concederle un préstamo o no.
Hay que tener en cuenta que es habitual que las empresas necesiten financiación durante toda su existencia, y sobre todo en ciertas fases de su desarrollo (cuando se crean, se expanden y dan el salto al extranjero).
Pues bien, cuando una empresa necesita financiación, puede recurrir a sus propios recursos o a fuentes externas. Lo lógico es acudir en primer lugar a los socios o a los recursos de la propia empresa. Pero si esto no es suficiente, el siguiente paso sería recurrir a terceros, que pueden ser entidades bancarias, capital inversión, inversores, Business Angel, crowfunding, etc.
Es muy interesante saber cómo evolucionan los fondos propios de una empresa, para interpretarlos y, así, saber en qué situación se encentra la sociedad. Por esta razón, resulta de vital importancia llevar el control del patrimonio de manera regular, y calcular los ratios que aseguran la rentabilidad y la solvencia en tiempo real.✅ De este modo, la empresa podrá anticiparse a cualquier riesgo y tener tiempo suficiente para actuar en consecuencia.❌ Sin embargo, si no se conoce esta información, se pueden tomar decisiones arriesgadas. Saber lo que sucede en la empresa permite marcar el rumbo de la misma, gestionándola cada día según los recursos disponibles.
Entonces, al relacionar la situación de los fondos propios con estos datos, se puede saber cuándo hay que buscar financiación, y qué tipo de recursos se necesitan.
También es importante manejar esta información para saber si es interesante hacer un reparto de dividendos entre los socios. De forma contraria, gestionar la empresa sin saber cuál es el estado de sus fondos propios puede tener consecuencias muy graves.✅ Por ello, es importante contar con un programa de gestión de tesorería, como el que ponemos a tu disposición en Embat, para saber cuál es la situación de la empresa en cada momento.
Si los fondos propios son los recursos de los que dispone una compañía, podría parecer lógico suponer que estos no representen un coste para la misma.
En cambio no es así, ya que los fondos propios suponen un coste, puesto que a los accionistas que hacen aportaciones de capital hay que retribuirles a través de los dividendos.
Por otra parte, haciendo una comparación con las fuentes externas de financiación, hay que tener presente que los pagos de dividendos no se pueden deducir a nivel fiscal. Esto significa que aunque los intereses de la financiación externa pueden suponer un menor pago del Impuesto de Sociedades, no sucede así con la financiación mediante fondos propios. Como quiera que sea, si bien el coste puede ser mayor, también lo es el riesgo.❌ Cuando se pide un préstamo se adquiere la obligación de pagarlo, y si no se cumple, se puede sufrir un embargo.✅ Pero si la empresa no tiene beneficios, esto no le supone ningún problema con el accionista.
Teniendo en cuenta que los fondos propios están formados por las cuentas del capital social y los beneficios que no se han repartido, podemos tener pérdidas en lugar de ganancias, lo que se traduce en fondos propios negativos.
Esto supondría problemas muy importantes para la compañía, que tendría que hacer un análisis en profundidad de su situación y tomar las decisiones más adecuadas para solventar la situación.
Así las cosas, los fondos propios nos hablan del estado financiero de la empresa en lo que a solvencia se refiere. Por esta razón, para saber cuál es la situación en la empresa, hay que calcular la diferencia que hay entre los fondos propios del comienzo del ejercicio y los fondos propios en el momento actual, o bien al final del ejercicio. En consecuencia, la fórmula a utilizar sería la siguiente:
Fondos propios = Capital Social + Reservas + Resultados del ejercicio no distribuidos
Ahora ya sabes qué son los fondos propios en una empresa y qué información aportan en su balance.
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