Gestionar la liquidez de la forma más eficiente posible, no deja de ser una prioridad estratégica para cualquier CFO, y más aún, en un entorno empresarial cada vez más complejo y competitivo, donde la “velocidad” de los cambios se acelera de forma constante.
Dentro de este contexto, una de las soluciones más efectivas, es el cash pooling, sistema que permite centralizar y optimizar los saldos entres las cuentas, especialmente en empresas con múltiples subsidiarias y/o divisiones, y más aún, si se encuentran distribuidas en diferentes países.
No nos debemos de olvidar que, para una compañía, no hay nada más importante a considerar que su liquidez, a la que podríamos asimilarla, como el “oxígeno” que le permite a la empresa operar. Por ello, mantener un nivel óptimo de liquidez durante las distintas etapas de la vida de una organización, es esencial para garantizar su buen funcionamiento.
Es en este punto donde la figura del CFO adquiere máxima relevancia, como “gestor principal” de los recursos financieros de la empresa, donde disponer de un sistema de cash pooling, le permite “consolidar” las posiciones de tesorería de las diferentes cuentas, como si de una sola se tratase, compensando automáticamente los saldos deudores con los acreedores y fortaleciendo así la gestión financiera corporativa.
Para implementar con éxito un sistema de cash pooling, el primer paso es que el CFO analice y comprenda las principales entradas y salidas de fondos de cada una de las cuentas, con la intención de realizar una optimización previa de la estructura existente.
Una técnica interesante y para nada compleja de realizar, consiste en destinar cuentas específicas que solamente se destinen a recibir cobros, de otras, que se utilicen para realizar los pagos. De esta manera, se mejora el control y la visibilidad de las posiciones de la tesorería.
Una vez que se ha “simplificado” la estructura de cuentas bancarias, el siguiente paso es el de determinar cuáles serán las principales, y lo mismo definir cuáles serán las entidades financieras con las que se trabajará en el futuro.
El objetivo central es el de maximizar el uso de los fondos disponible y minimizar a la vez, cualquier tipo de coste financiero asociado, independientemente de cuál sea el tipo de cash pooling seleccionado, en el sentido de que exista transferencia física del dinero o se utilice la modalidad nocional, esto es, sin movimiento de efectivo entre las cuentas.
A la vez, en el “diseño” de la estrategia, el CFO debe de elegir la plataforma tecnológica a utilizar, considerando sus costes y capacidades. La finalidad es la de lograr la mayor automatización posible de la tesorería de la compañía.
Una vez finalizado el diseño del modelo, corresponde al CFO dar inicio a la fase de implementación, donde debe de asegurar la mejor coordinación posible entre los equipos internos y lo mismo entre las entidades financieras.
Asimismo, es fundamental tener en cuenta las regulaciones locales y fiscales aplicables a cada negocio y país donde opera la empresa, ya que incumplimientos en este aspecto, puede llevar a asumir riesgos innecesarios.
En sí, el éxito de cualquier sistema de cash pooling, va a depender de la coordinación que exista entre las personas de las diferentes subsidiarias y unidades de negocio. Por ello, es el propio CFO quien debe de ejercer un liderazgo activo, resolviendo de manera directa cualquier incidencia que comprometa su correcto funcionamiento.
Una vez finalizada la implementación, se debe establecer un sistema de supervisión constante en el tiempo, que tenga como objetivo garantizar el correcto funcionamiento del modelo. En caso de que así no fuese, también debe de ser la figura del CFO, la encargada de realizar los ajustes necesarios para asegurar su efectividad.
Así, el cash pooling se presenta como una herramienta clave, que no solo facilita, sino que también potencia la función del CFO hacia la gestión eficiente de los recursos financieros de la organización, fortaleciendo la resiliencia financiera de la compañía, en un mundo actual de constante cambio, donde nada indica que en el futuro esto vaya a cambiar.