En ciertas ocasiones se suelen confundir los beneficios de una empresa con el dinero que ésta genera. Se utilizan conceptos económicos, que por medio de indicadores, intentan explicar como se ha originado la caja, algo que es financiero.
Para entenderlo mejor, podemos decir que no hay nada más importante que la liquidez, la que representa el “oxígeno” que dispone una compañía, y que sin ella, su “corazón” deja de funcionar. De ahí la importancia vital de mantener durante todo momento un nivel de “respiración” adecuado según la etapa de vida en la cual se encuentre la organización.
El problema es que al igual que nos sucede a las personas, que no asimilamos nada bien una dolencia, lo mismo ocurre en las empresas, donde se tiende a negar durante el mayor tiempo posible la existencia de cualquier malestar, y por lo tanto, a tratar las causas que lo pueden provocar.
Esto muchas veces lleva a situaciones nada positivas, que tienen, tarde o temprano, su efecto directo en la tesorería, lo que tiende a multiplicar los problemas y generar ciertas “tensiones” que pueden llegar a dificultar, el pago de las nóminas a final de cada vez, la deuda comercial con los proveedores, o lo mismo la amortización de las deudas.
De esta forma, la actividad de la empresa se contrae, debido a que no dispone del oxígeno necesario, por lo que busca, al igual que el cuerpo humano, a mantenerse con vida realizando la menor actividad posible.
El problema es que el paso del tiempo, sin aplicar la “medicina” adecuada para la enfermedad por la que está pasando, puede llevar a un estado de “coma inducido” (concurso de acreedores) o bien ya directamente cuando el estado del “paciente” es de una gravedad muy alta, a la propia muerte (disolución).
En sí, no deja de ser en la propia generación de liquidez donde se materializan las causas reales que provocan una situación de crisis en una compañía, y que se expresan al quedarse sin “oxígeno” en un momento determinado, por más idea de negocio o posición en el mercado, que tenga por detrás.
Lo mismo puede suceder en un momento de crecimiento de la actividad, puesto que si no dispone de la financiación necesaria, también esa falta de capacidad una mala “respiración” puede impedir el lograr los objetivos previstos y a la vez, llevar a la compañía a una situación inesperada de crisis, de la que suele ser muy difícil salir.
Contar con una plataforma integral de gestión de tesorería como Embat es fundamental para optimizar la liquidez de la empresa.
Embat permite un control preciso de los flujos de efectivo y las posiciones de tesorería en tiempo real, proporcionando a los equipos financieros una visión global de la liquidez de la empresa. Al tener esta información al alcance de la mano, pueden tomar decisiones informadas y estratégicas para mantener un flujo de efectivo saludable y asegurar el crecimiento sostenible de la organización.
Por lo tanto, la caja manda. No hay discusión, aunque esto no signifique que en ciertas circunstancias se terminen utilizando ciertos “atajos” y no se piensa como es debido, en los términos reales, de lo que la tesorería significa.
Es aquí cuando debemos de mencionar al EBITDA, indicador que se ha consolidado como una forma de obtener, de forma simulada y con ciertas limitaciones, cuál ha sido la generación de cash flow de una empresa en un periodo de tiempo determinado.
Si bien no deja de ser una buena aproximación que de forma razonablemente sencilla nos da una idea sobre la “caja” generada, nada es más importante que realizar el cálculo “fino”, para conocer realmente cuáles han sido las verdaderas entradas y salidas de dinero, porque….
¡¡¡La caja siempre manda!!!