En la industria financiera actual, las comisiones bancarias son un elemento omnipresente, pero a menudo oscurecido por la complejidad de los términos y condiciones que los rodean.
Estos costes, aunque pueden parecer un cargo sin importancia, tienen el potencial de acumularse, erosionando silenciosamente la solvencia de las finanzas de tu empresa e irritando a más de un cliente bancario.
Pero, ¿cómo se pueden analizar las comisiones bancarias? ¿Es posible reducirlas al máximo posible?
La respuesta corta es sí, si sabes cómo gestionarlas de forma adecuada. A continuación te explicamos cómo conseguirlo.
Las comisiones bancarias son cargos que los bancos imponen a sus clientes por la prestación de diversos servicios, como el mantenimiento de las cuentas, transferencias y otras operaciones bancarias. Estas comisiones pueden acumularse de forma rápida, afectando a la liquidez de la empresa y a tu capacidad para invertir y hacer crecer tu negocio.
Estas comisiones varían de manera amplia en función de la entidad bancaria, el tipo de cuenta y la naturaleza específica del servicio proporcionado. Desde comisiones fijas hasta cargos variables, los clientes se encuentran a menudo en la encrucijada de navegar a través de un laberinto de cargos, algunos de los cuales pueden no ser inmediatamente evidentes.
Para los bancos, las comisiones bancarias son una de sus principales fuentes de ingresos, junto con el margen de intermediación. No obstante, con la política de bajos tipos de interés, adquirieron un papel protagonista en las cuentas de resultados de las entidades financieras.
Las comisiones bancarias varían de manera amplia dependiendo del banco y del tipo de servicio ofrecido. A continuación, se presenta una lista de los tipos más comunes de comisiones bancarias que los bancos suelen cobrar.
Las comisiones por mantenimiento de cuenta son aquellas que se pagan por los siguientes conceptos:
La mayoría de operaciones bancarias también llevan aparejada una comisión. Entre ellas se encuentran las siguientes:
Los bancos ofrecen una serie de servicios adicionales al margen de su papel como intermediario. Algunos de estos cargos son los siguientes:
Al realizar una operación internacional, el banco también aplica una comisión. Entre ellas se incluyen:
La emisión de tarjetas de crédito y débito, al igual que ocurre con los clientes individuales, también acarrean el pago de una comisión. De hecho, existen diferentes tipos de comisiones:
Algunos bancos ofrecen también soluciones específicas para que las empresas puedan gestionar de manera adecuada su efectivo.
Cada una de estas comisiones puede variar en función del banco, la ubicación y la naturaleza específica del negocio. Es esencial para las empresas revisar detalladamente sus estados de cuenta, entender la naturaleza y estructura de las comisiones aplicadas, y considerar estrategias para minimizar estos costos para mejorar la eficiencia financiera y la rentabilidad.
A continuación, explicamos algunos de los consejos para gestionar tus comisiones bancarias de forma adecuada.
Todas las empresas deberían de ser conscientes de las comisiones que pagan. Sin embargo, a menudo, los bancos aplican cargos ocultos que pueden pasar desapercibidos para los responsables de tesorería.
Por eso, es importante revisar de forma meticulosa tus estados de cuenta, de forma periódica y tanto como sea posible, y con el fin de identificar cualquier comisión no reconocida.
Las entidades bancarias proporcionan un documento diario detallado, conocido como extracto bancario, que contiene toda la información relacionada con las transacciones, incluidas las comisiones aplicadas. Un software de tesorería, como el que ofrece Embat, puede ayudar en esta tarea, reconociendo cualquier cargo de forma ágil, sencilla y sin errores.
No todas las comisiones tienen la misma naturaleza ni se aplican a servicios que son igual de importantes para una empresa. Por eso, es importante categorizar las comisiones para entender mejor dónde se incurre en más costes.
La categorización implica clasificar las comisiones en grupos específicos basados en su naturaleza y propósito. Estos pueden incluir comisiones de mantenimiento, transferencias, retiros en cajeros automáticos, entre otros. Esta clasificación detallada te permite tener una visión clara de los cargos recurrentes y aquellos que se pueden evitar o reducir.
Por ejemplo, si una empresa que opera internacionalmente está pagando más en comisiones por transferencias extranjeras o por cambio de divisa, debe categorizar esta operación como más relevante y, en consecuencia, se deben tomar las decisiones adecuadas para reducirla.
Comparar tus comisiones mensuales implica un análisis detallado de tus estados de cuenta para identificar variaciones en estos cargos. Debes prestar atención a cualquier aumento en las comisiones o la aparición de nuevas comisiones que no estaban presentes en meses anteriores.
Existen aplicaciones específicas que pueden facilitar este proceso. Estas herramientas te permiten ingresar los detalles de tus comisiones mensuales y realizar un análisis comparativo automático, mostrando gráficos y tendencias que te ayudan a entender mejor cómo han fluctuado tus comisiones.
En un mundo donde la competencia entre entidades bancarias es cada vez más importante, los clientes tienen el poder de elegir un banco que ofrezca las mejores condiciones. Así que, si sientes que las comisiones de tu banco actual son excesivas y la negociación no ha dado resultados, cambiar de banco puede ser una opción viable.
No obstante, antes de dar este paso tan drástico, conviene que contemples la posibilidad de negociar mejores condiciones con tu banco actual. Aunque puede parecer un paso intimidante, al menos en primera instancia, es un paso fundamental para reducir o eliminar algunas comisiones que pueden estar afectando tu salud financiera.
Ten en cuenta que los bancos, como cualquier otro negocio, están dispuestos a mantener a sus clientes satisfechos, y en muchos casos, están abiertos a la negociación.
La prevención es una de las estrategias más efectivas para minimizar las comisiones bancarias. Al evitar ciertos comportamientos, puedes reducir significativamente los cargos innecesarios.
Entre estos comportamientos, debes evitar los descubiertos bancarios, realizar transferencias internacionales o urgentes de manera frecuente, cumplir con las condiciones establecidas en el contrato o retirar dinero de cajeros de otros bancos.
En la era digital, hay una gran variedad de herramientas y aplicaciones online diseñadas para ayudarte a rastrear y gestionar tus comisiones bancarias de manera eficiente. Estas plataformas te ofrecen información en tiempo real, alertas y análisis detallados para mantener tus comisiones al mínimo.
En la actualidad, existen muchos software de tesorería, como el de Embat, que rastrean las comisiones y otros cargos en cuenta, ofreciendo un punto de control centralizado para analizar y gestionar la tesorería de tu negocio. De esta manera, tu empresa podrá automatizar el control y la gestión de las comisiones bancarias.
Mantenerse informado es más que una recomendación; es una necesidad imperante para cualquier empresa que busca optimizar su salud financiera y navegar con destreza en el complejo mundo de las comisiones bancarias.
La entidad bancaria con la que trabajas es tu primera fuente de información. Los bancos están obligados a proporcionar a sus clientes detalles claros y comprensibles sobre las tarifas y comisiones asociadas con sus servicios. Estos se encuentran en los documentos contractuales, en los sitios web de los bancos y pueden obtenerse directamente al comunicarse con la entidad. Si no lo está haciendo así, es probable que te esté ocultando algún cargo no deseado.
Además, es fundamental estar atento a cualquier comunicación o notificación de tu banco, ya que las tarifas y comisiones pueden cambiar con el tiempo. No obstante, estar informado exige una combinación de proactividad para buscar información, adaptabilidad para ajustarse a los cambios y la voluntad de invertir tiempo en una educación financiera continua.
Vivimos en un mundo en el que las relaciones bancarias son inevitables y, en consecuencia, también el pago de comisiones por los servicios bancarios. Sin embargo, estas pueden ser reducidas y mitigadas de forma adecuada si sabes cómo.
Una estrategia proactiva debe incluir la negociación, la comparación entre bancos y la optimización de transacciones puede resultar en una mejora significativa de la salud financiera de la empresa. Y, por supuesto, las últimas herramientas de tesorería son tu mejor aliado para conseguirlo.