En general, asociamos la figura del CFO como la del “custodio” de las finanzas, si bien la realidad nos indica que su rol ha evolucionado durante los últimos años hacia el desempeño de funciones cada vez más estratégicas, donde la tecnología, ha sido la principal “responsable” de esta conversión.
En este sentido, el desarrollo de nuevas tecnologías analíticas ha permitido la posibilidad de poder captar y gestionar una cada vez mayor cantidad de datos, lo que le da acceso al CFO a llevar a cabo un análisis de los mismos, transformación que representa un cambio fundamental en lo que a liderazgo financiero respecta.
No debemos dejar de lado, que su función “tradicional” siempre ha sido la de explicar el pasado en la organización, fundamentalmente mediante el análisis y reporting financiero, algo que la analítica de datos transforma, por el hecho de que permite poder convertir y entender grandes volúmenes de información en tiempo real, y de esta forma no solo llevar a cabo una mejor gestión del presente, sino también posicionar la organización en el futuro.
Es así como poner foco en lo que vendrá, representa el cambio más significativo en las funciones del CFO, donde el análisis de datos (data analytics) ha dejado de ser una opción para convertirse en un imperativo, identificando tendencias y relaciones en los datos de negocio, que de otra forma serían difíciles o bien imposibles de detectar.
Es la analítica de los datos, la que permite convertir grandes volúmenes de datos operativos en información para la toma de decisiones y de esta manera anticiparse a los posibles cambios en el mercado, lo que representa un activo fundamental para la creación de valor en la organización.
El análisis de datos (data analytics) ha dejado de ser una opción para convertirse en un imperativo, identificando tendencias y relaciones en los datos de negocio, que de otra forma serían difíciles o bien imposibles de detectar.
Sin embargo, esta transformación exige de nuevas competencias profesionales, como ser la combinación de habilidades financieras con tecnológicas, aspecto que debe de ser llevado a cabo por parte del CFO, mediante la gestión y coordinación de equipos multidisciplinares, donde el conocimiento financiero debe de compaginarse con el modelado estadístico y la visualización de los datos.
A la vez, no solo deben enfrentarse obstáculos ligados con la tecnología, sino también culturales, donde la asimilación del cambio por parte de las personas, representa el reto más difícil de conseguir, ya que si no es “asimilado” como tal, la aplicación futura de todo lo relacionado con la analítica de los datos, se verá afectada directa o indirectamente.
Eso sí, el conseguir una madurez en la gestión de los datos, permite a la compañía disponer de una mayor agilidad a la hora de asumir nuevos retos y adaptarse a los nuevos tiempos, como así también una mayor resiliencia para enfrentar las crisis que se presenten en el futuro, sin importar del tipo que sean.
Por lo tanto, fomentar la colaboración entre áreas, asegurando que se encuentren “alineadas”, es una tarea de suma importancia que debe de llevar a cabo todo CFO, conjuntamente con la de promover la capacitación interna en la organización, que le permita mantenerse competitiva en el tiempo, tarea nada fácil de lograr, ante la “velocidad” en la que se producen los cambios, y más cuando hablamos de incorporar nueva tecnología.
A la vez, lograr convertir datos en insights “accionables”, permite al CFO realizar una mejor evaluación y gestión de los riesgos que pueden ser asumidos en la compañía, donde mediante el uso de diferentes modelos estadísticos y soluciones tecnológicas, podrá prever eventos disruptivos con impacto y así poder diseñar las mejores estrategias que mitiguen sus posibles efectos, protegiendo en todo momento, la estabilidad financiera de la empresa.
Contar con una plataforma de gestión de tesorería aporta una capa de visibilidad clave sobre la posición financiera en tiempo real. Esto permite al CFO no solo reaccionar ante los cambios, sino anticiparse a ellos con información fiable, estructurada y actualizada. La capacidad de conectar proyecciones con ejecución, apoyándose en datos sólidos, transforma la tesorería en un pilar estratégico dentro del proceso de toma de decisiones.
De esta manera, una correcta gestión analítica de los datos, permite anticipar en el tiempo la resolución de los riesgos que se presenten, donde una tarea que hoy en día, es realizada generalmente por parte del CFO de forma reactiva, pueda convertirse en un proceso predictivo, fundamentado a la vez, de forma cuantitativa.
Por lo tanto, es la propia digitalización lo que facilita al CFO, convertirse en el “custodio” principal de los datos corporativos, con el potencial de no solo describir el presente, sino más bien, poder anticiparse a lo que está por llegar.
El dominar este nuevo “equilibrio digital”, refuerza la figura del CFO como la de un aliado clave en la toma de decisiones estratégicas en la compañía, afianzando su posición de “partner natural” del propio CEO, a la vez, que colabora de forma transversal con el resto de las áreas de la compañía.
En resumen, la combinación de habilidades financieras, tecnológicas y analíticas por parte del CFO, será fundamental no solo para su éxito individual, sino también para el de su organización, donde un buen uso y gestión de los datos, será algo más que imprescindible en un mundo, que tiende a ser cada vez más digital.