Las finanzas embebidas son un ‘win win’, donde la tecnología y la tesorería se dan la mano para mejorar la experiencia de empresas y consumidores finales a través de proveedores especializados en forma de ‘fintech’ que operan en entornos colaborativos para co crear una oferta financiera adaptada a las necesidades de cada organización.
Gracias a la Directiva Europea de Servicios de Pago PSD2, se han puesto los cimientos para la democratización de los servicios financieros al dar aval regulatorio al acceso a datos bancarios de clientes y proveedores de empresas por parte de terceros, siendo la conectividad vía APIs el canal de transmisión de datos y que da lugar a lo que se conoce como ‘open banking’.
La banca abierta supone la prestación de servicios financieros a empresas y a sus ‘stakeholders’. Servicios tradicionalmente ofrecidos por la banca, pero que ahora son también suministrados por nuevos proveedores ‘fintech’, que están innovando y revolucionando la forma de trabajar de los equipos financieros.
El ‘open banking’ se materializa a través de dos plataformas SaaS y BaaS:
Software as a Service (SaaS)
El universo Cloud acoge tres modelos de acceso a diferentes servicios: plataformas (PaaS), infraestructuras (IaaS) y software (SaaS) con un sistema de pago por uso, lo que ahorra a empresas ingentes desembolsos en instalaciones y servicios, democratizando su implementación. Se acaban así los silos y se crea un entorno colaborativo y multiusuario con nuevos proveedores alternativos. En este espacio en la nube la tecnología y la tesorería se dan la mano. Habilitadores tecnológicos de la Industria 4.0 como Inteligencia Artificial, ‘Machine Learning’ o Aprendizaje Automáticos, Big Data o Blockchain que, aplicados a la función financiera, supone un antes y un después en la operativa de la tesorería corporativa al dar lugar lo que se conoce como Tesorería 4.0 o Finanzas 4.0.
Bank as a Service (BaaS)
Este modelo de terciarización de servicios bancarios está cogiendo cada vez más fuerza entre compañías cuyo ‘core’ no es el financiero, pero subcontratan esta oferta a entidades con licencia bancaria que venden estos servicios financieros propios o externalizados de terceros para proporcionarla a sus clientes con marca blanca. De este modo, vemos ‘marketplaces’, operadoras de telefonía u hospitales proporcionando servicios bancarios ‘in house’. Una diversificación que ahorra costes en infraestructuras y tiempos en obtención de licencias, fideliza clientes y aporta economías de escala.
La tecnología se convierte así en una palanca, en un catalizador que permite la conectividad con el ERP, entidades financieras y Cloud vía APIs, un vector de transmisión de soluciones a través de plataformas de software en la nube que se comunican con empresas y sus bancos para recabar de forma automatizada y en tiempo real los movimientos financieros, aportando la agilidad e inmediatez en la toma de decisiones, tan necesarias en estos tiempos convulsos. Software avanzado que, además, agiliza otras necesidades operativas de los equipos a través de la automatización de datos como es la conciliación, la contabilización, el pool bancario o la gestión de pagos y cobros.
Todo ello desemboca a ser más transparentes y eficientes, a optimizar la gestión del circulante, a rentabilizar la liquidez o a proyectar otras vías de financiación alternativa con herramientas financieras de ‘dynamic discounting’, por ejemplo.
Para disfrutar de los servicios de Tesorería 4.0, las organizaciones deben seguir avanzando en la conectividad, incorporando el tiempo real en los sistemas para trazar lo que ocurre en cada momento en los procesos financieros. De esta forma no solo se pueden detectar eventuales tensiones de liquidez o movimientos fraudulentos, sino también que minimiza las tareas manuales liberando a los equipos financieros de tareas administrativas que no aportan valor como son la conciliación o la transaccionalidad.
De este modo, el rol del equipo financiero evoluciona hacia un papel más estratégico, aportando propuestas que elevan la gestión financiera en la organización, convirtiéndose en otra palanca de crecimiento del negocio.
Sin duda, el ‘embedded finance’ revoluciona la gestión de tesorería elevándola al nivel 4.0. Un cambio de paradigma que ya está aquí y que cogerá velocidad cuando el actual marco normativo de los sistemas de pago digitales verdaderamente se ponga en práctica por todos los participantes, entidades financieras dando acceso a terceros de los datos bancarios con todas las garantías y empresas migrando y conectándose a Cloud a través de las APIs.
Profundiza sobre estas tecnologías que suponen un punto de inflexión en la gestión financiera en nuestro Libro Blanco “Megatendencias para empoderar la gestión de tesorería en 2023”.