El paisaje financiero global continúa experimentando una transformación sin precedentes, marcada por la confluencia de la tecnología avanzada y una nueva era de regulaciones financieras. En el centro de esta revolución se encuentra el concepto conocido como 'open banking' (o banca abierta), impulsado en gran medida por la Directiva de Servicios de Pago 2 (PSD2) de la Unión Europea.
En este contexto, las finanzas integradas (embedded finance) han emergido como una megatendencia dominante en la tesorería corporativa en los últimos años que, en 2024, continuará su avance imparable. Ya no se trata solo de automatizar procesos financieros, sino de repensar y rediseñar la manera en que las empresas interactúan con sus finanzas y con las entidades bancarias, poniendo en el centro de todo al consumidor.
Con una mayor conectividad y acceso a datos, las organizaciones esperan una mayor eficiencia, mejores insights y una gestión más proactiva del capital y los riesgos financieros. 2024 promete ser el año en el que, por fin, las finanzas integradas den el último salto adelante, suponiendo un boom para la tesorería de las empresas y transformando las expectativas y experiencias de los clientes en el mundo financiero.
Las finanzas integradas es un término que se refiere a la incorporación y unificación de servicios financieros en plataformas y aplicaciones que tradicionalmente no estaban asociadas con el sector bancario o financiero, ofreciendo una experiencia más fluida y accesible para el usuario final.
La clave del embedded finance reside en la fusión entre la tecnología y los servicios financieros. Las empresas tecnológicas, especialmente las fintechs, utilizan su experiencia e innovación en materia de software y análisis de datos para ofrecer soluciones financieras personalizadas. Esto permite a los usuarios acceder a una gama de servicios financieros, desde pagos y transferencias hasta gestión de inversiones y seguros, directamente desde aplicaciones móviles o plataformas online.
El uso de las finanzas integradas es cada vez mayor, y genera cada vez más ingresos. Solo en Estados Unidos, las finanzas integradas alcanzaron ingresos de 20 mil millones de dólares en 2021, según el estudio Embedded finance: Who will lead the next payments revolution?, elaborado por McKinsey Group. Según un informe de Future Market Insights, para 2033, los ingresos del mercado europeo de embedded finance rondarán los 94,081.7 millones de dólares, representando aproximadamente el 25% del mercado global.
Además, según estimaciones de Oracle, se espera que el valor del mercado de finanzas integradas supere los 7 trillones de dólares en los próximos 10 años, duplicando el valor combinado de los 30 bancos más grandes del mundo hoy en día. Este pronóstico subraya no solo la rápida expansión del sector, sino también su potencial disruptivo en el panorama financiero global.
La creciente adopción de estas soluciones financieras integradas señala un cambio significativo en cómo las empresas interactúan con los servicios financieros, redefiniendo las estructuras tradicionales del sector bancario y financiero.
Las finanzas integradas ofrecen numerosos beneficios tanto para las empresas como para los usuarios finales. Estos beneficios marcan una transformación significativa en cómo se accede y se gestiona el dinero, con un impacto más que positivo en la eficiencia, accesibilidad y personalización de los servicios financieros.
Para las empresas, el embedded finance supone un valor añadido, por varios motivos:
Los beneficios de las finanzas integradas son mucho más evidentes para los clientes finales, que disponen de mayor flexibilidad y experiencia a la hora de realizar sus gestiones financieras. Destacan por:
Aunque las finanzas integradas presentan numerosos beneficios, también enfrentan algunos desafíos y consideraciones importantes que deben ser abordados para asegurar su éxito y sostenibilidad a largo plazo.
Uno de los principales retos es el cumplimiento regulatorio, ya que la regulación varía de manera amplia entre regiones y países. Las empresas deben navegar por un marco legal complejo y en constante evolución para asegurar la conformidad con las leyes financieras locales e internacionales.
Además, la seguridad de los datos y la privacidad se convierten en preocupaciones críticas, ya que el manejo de información financiera sensible requiere de sistemas robustos para prevenir fraudes, robos de identidad y ciberataques. En este sentido, las plataformas de gestión de tesorería y todo el potencial que proporcionan las APIs son una excelente opción para manejar el efectivo de cualquier empresa.
Para los usuarios finales, el embedded finance debe abordar cuestiones de accesibilidad y comprensión. A pesar de su potencial para democratizar el acceso a servicios financieros, existe el riesgo de excluir a aquellos menos familiarizados con la tecnología o en áreas con conectividad limitada.
Además, la claridad en la presentación de productos financieros es fundamental para evitar malentendidos y fomentar una toma de decisiones informada, especialmente cuando el asesoramiento personalizado es limitado en plataformas digitales.
Las finanzas integradas están redefiniendo el panorama de la tesorería corporativa, un sector tradicionalmente conservador, pero que en la actualidad se encuentra en el umbral de una transformación significativa. Este cambio está impulsado por la integración de tecnologías avanzadas y servicios financieros, lo que tiene implicaciones profundas en la forma en que las empresas manejan su capital y operaciones financieras.
La integración de tecnologías como la IA y el aprendizaje automático facilita la automatización de procesos de tesorería, como la conciliación de cuentas, la gestión de pagos y cobros, y el análisis de flujo de caja. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también reduce errores humanos y libera recursos para tareas más estratégicas.
Además, el embedded finance permite un acceso sin precedentes a datos en tiempo real y análisis predictivos. Los tesoreros pueden utilizar estos datos para tomar decisiones más informadas sobre inversiones, gestión de riesgos y planificación financiera, aumentando la capacidad de la empresa para responder a cambios en el mercado.
Por último, gracias a herramientas avanzadas de análisis y pronóstico, las empresas pueden identificar y gestionar riesgos financieros con mayor precisión. Esto incluye riesgos relacionados con la volatilidad del mercado, el crédito, la liquidez y el cambio de divisas.
Las finanzas integradas fomentan una relación más dinámica y colaborativa entre las empresas y las instituciones financieras. Con la capacidad de integrar servicios bancarios directamente en sus sistemas, las empresas pueden negociar mejores términos y acceder a productos personalizados.
La tesorería moderna no solo se relaciona con los bancos tradicionales, sino también con una variedad de proveedores financieros, como muchas fintechs y plataformas de pago. Esto crea un ecosistema financiero más diverso y resiliente.
El rol del tesorero evoluciona de enfocarse en tareas operativas a desempeñar un papel más estratégico dentro de la empresa. Los tesoreros se convierten en asesores clave en la toma de decisiones de alto nivel, gracias a su acceso a análisis financieros detallados y proyecciones.
Los tesoreros deben estar a la vanguardia en la adopción de nuevas tecnologías y en la exploración de innovaciones en el ámbito financiero. Esto implica no solo una comprensión técnica, sino también la capacidad de liderar proyectos de transformación digital
A medida que avanzamos en 2024, se espera que las finanzas integradas (embedded finance) continúen creciendo y evolucionando, impulsando innovaciones en el sector financiero y redefiniendo la relación entre tecnología y servicios financieros.
Esta tendencia no solo transformará la manera en que las empresas y consumidores interactúan con las finanzas, sino que también desempeñará un papel crucial en la configuración del futuro del sector bancario y financiero a nivel mundial.