En el dinámico panorama actual, las empresas buscan constantemente oportunidades para expandirse más allá de sus fronteras, ya sea invirtiendo para su establecimiento en el extranjero, o bien mediante un crecimiento inorgánico, esto es, con la compra de otras compañías.
En ambos sentidos, la figura del CFO resulta más que relevante para ejercer el liderazgo en las diferentes etapas a realizar en una expansión internacional, algo que se inicia con la definición de cuál será la estrategia de negocio a seguir, segmentando aquellos mercados estratégicos, que representen un mayor interés y oportunidad.
Su participación en este tipo de procesos, no deja de ser un ejemplo más del cambio de rol de los últimos años, orientándose al desarrollo de un papel mucho más ligado a lo estratégico, lo que implica una intervención más activa en la toma de las decisiones claves de la organización.
Si bien en el pasado, sus funciones no iban mucho más allá del análisis de los costes que implicaba el llevar a cabo un movimiento internacional, esto ya no es así, donde su visión financiera conjuntamente con su capacidad analítica, representan aspectos fundamentales en el diseño y ejecución de la estrategia de crecimiento de la compañía.
Ahora bien, en procesos de este tipo es crítico que el CFO pueda ser capaz de dar respuesta a dos cuestiones básicas que se interrelacionan entre sí, en el sentido de dar forma a “por qué” es necesario la expansión, como así también definir cuáles serán los pasos a seguir, que permitan garantizar el “cómo” se llevará a cabo la misma.
Su liderazgo de forma conjunta y coordinada con el CEO, debe buscar garantizar que los demás miembros del equipo directivo, conozcan cuáles son las razones relevantes para la organización, que motivan el dar inicio a un nuevo proceso de crecimiento y así poder dar respuesta a la primera de las cuestiones críticas, esto es el “por qué”.
En el análisis inicial a realizar, el CFO debe de ser capaz de evaluar no solo las oportunidades de negocio que se presentan, sino también medir los riesgos asociados, estableciendo las acciones necesarias, para mitigar sus impactos en el caso de que se produzcan.
Para esto debe de realizar un análisis de tipo integral, algo que excede lo estrictamente financiero, considerando aquellos factores claves, como ser la estabilidad política-social del país donde se busca invertir, su seguridad jurídica, las regulaciones locales, aspectos ligados a lo fiscal o bien al tipo de cambio, en el caso de que se tratase de un mercado con diferente moneda.
El objetivo a lograr es el de garantizar que las inversiones se puedan realizar con la mayor “seguridad” posible y que esto no afecte los niveles de rentabilidad esperados. A la vez, se deben de implantar sistemas de control, que protejan los activos de la compañía en el extranjero.
Todo esto implica a la vez, definir cuál será la mejor estructura financiera a llevar a cabo, donde se tendrá que indicar, si es necesario la creación de filiales, la optimización de la tesorería a nivel internacional, realizar un estudio de los aspectos fiscales asociados, para que estos sean lo más eficiente posible, entre otras cuestiones.
A la vez, el CFO es el encargado de asegurar en todo momento el acceso a la financiación adecuada, donde pueden definirse líneas especiales destinadas a la expansión internacional, lo mismo que optimizar la estructura de capital.
Para esto debe de definir cuáles serán las mejores alternativas a evaluar cuando hablamos de financiación (emisión de deuda, socio financiero, reinversión de beneficios propios,...).
También es parte de sus funciones, el gestionar y mantener la relación con los inversores y lo mismo con los accionistas, asegurando que las expectativas financieras definidas sean claras y alcanzables.
Un aspecto clave a conseguir no deja de ser el lograr de comprender y adaptarse a lo local, respetando en todo momento su cultura existente, ya que una expansión internacional no es ni mucho menos una cuestión puramente financiera, donde lo cultural y organizacional, representan los mayores retos a superar.
En resumen, el rol del CFO como líder de la expansión internacional va mucho más allá de “números”, donde el combinar su experiencia financiera con su visión estratégica y una comprensión de los mercados internacionales, es fundamental para que la organización pueda fortalecer su crecimiento en el largo plazo.