La evolución de la función del CFO de los últimos años, va más allá de centrarse en la propia gestión financiera de la compañía, donde, entre otras cuestiones más estratégicas, el fomentar e instaurar una “cultura de la liquidez” en la organización, pasa a ser uno de los factores claves a lograr por su parte.
El objetivo a conseguir excede alcanzar una posición de tesorería en un momento dado, ya que implica promover, de forma interna, una cultura que se oriente a “proteger” la generación de fondos sostenible en el tiempo.
Tanto es así, que la propia toma de decisiones debe de considerar y evaluar como poder optimizar los flujos, como así también la mejora de los costes operativos y financieros, de tal forma que se pueda conseguir un nivel apropiado, que permita a cada organización el poder afrontar los retos de crecimiento o de adaptación que se le presenten.
El objetivo principal es el de conseguir la suficiente flexibilidad en la compañía, que le permita aprovechar las diferentes oportunidades de inversión que se puedan ir generando, como así también el hacer frente a cualquier crisis.
Es en este sentido donde la figura del CFO adquiere un papel relevante a la hora de fomentar en la organización una mentalidad de liquidez en todos los niveles de la misma, asegurándose de que cada área y sus responsables, comprendan la importancia de gestionar de la forma más eficiente los recursos disponibles.
Para esto debe de aprovechar el conocimiento integral que posee del negocio para así poder identificar y comprender cómo se generan los principales flujos de efectivo de la empresa, proyectando los mismos hacia las necesidades previstas en el futuro.
Es por esto, que resulta esencial que el análisis de los flujos se encuentre alineado con la estrategia de la compañía y que se convierta en un elemento clave a la hora de la toma de decisiones, siempre considerando, sus riesgos asociados y la probabilidad de que estos se produzcan, para de esta manera, cuantificar los mismos y mitigar sus efectos, en caso de que así sea necesario.
Analizar el impacto de un incremento en el precio de los principales insumos, o bien problemas en la cadena de suministros, incluyendo una posible crisis a nivel general, permitirá adoptar decisiones más informadas y lo mismo preservar en el tiempo un mayor nivel de “solvencia” empresarial.
Un aspecto importante a la hora de fomentar una cultura hacia la liquidez, no deja de ser el realizar un seguimiento periódico sobre la optimización de los costes operativos, distinguiendo aquellos que son “obligatorios” de mantener de los opcionales, que pueden ser susceptibles de reducir o eliminar.
Inversiones que permitan a la compañía, mejorar su competitividad o bien reducir costes operativos no funcionales, son más recomendables de llevar a cabo, de aquellas que comprometen el flujo de caja, sin la “seguridad” de generar retornos claros en el corto o medio plazo.
Otro aspecto a considerar no deja de ser el definir cuando, como y hasta que nivel es aconsejable endeudarse, siempre que el mismo sea funcional al negocio y se establezcan previamente los parámetros de rentabilidad esperados.
Eso sí, lo más importante de lograr por parte del CFO, es que la organización, o mejor dicho, las personas que la componen, sin importar el nivel en el que se encuentren, comprendan la importancia de la liquidez y el papel que esta representa para el presente y futuro de la organización.
Es por esto que una comunicación efectiva ayuda a crear este tipo de cultura, donde cada empleado debe de ser consciente del impacto de sus decisiones.
Por supuesto que no hay que dejar de lado, en este proceso de cambio, el papel de la tecnología, ya que existen diferentes alternativas que permiten al CFO, el poder monitorizar y gestionar la liquidez en todo momento y lo mismo la proyección de diferentes escenarios.
De esta forma, una organización que prioriza la liquidez, se encontrará mejor posicionada para aprovechar nuevas oportunidades y hacer frente a los desafíos que se le presenten, siempre manteniendo la capacidad de endeudarse en caso de que así sea necesario, donde el CFO tiene mucho valor que aportar.
