La evolución del rol del CFO es parte de un proceso de cambio iniciado años atrás, que implica el asumir por su parte nuevas responsabilidades orientadas a la creación de valor, para de esta forma poder convertirse en el “gestor del cambio” de la compañía, todo esto, sin dejar de lado, el desarrollo de sus funciones “más tradicionales”.
Se puede decir que el área financiera ha pasado de ser un “mal necesario” a un “referente estratégico”, cuyo objetivo es el de adaptar la organización a los nuevos tiempos, disponiendo para ello, de un profundo conocimiento del negocio de la compañía y del sector a la que pertenece.
A la vez, esta (re)conversión de su figura es algo que no puede darse aún por finalizada, ya que la tendencia es la de continuar profundizando el camino iniciado, cuyo “destino final” es adoptar el rol, que se puede denominar como el de un CVO (Chief Value Officer), o lo que es lo mismo, como el creador de valor dentro de la organización.
Actualmente muchos CFO ya asumen esta característica, donde de lo que se trata es de poder centrarse en definir las vías de acción que permitan la creación de valor en el tiempo, tanto para la empresa, los clientes y el mercado.
Es por esto que deben comenzar a considerarse otros aspectos de importancia, como ser el desarrollo de la innovación dentro de la organización, la digitalización, el capital humano y ambiental, por mencionar los más representativos.
En otras palabras, de lo que se trata es de fomentar también el “lado no financiero” del CFO, a través de la toma de decisiones estratégicas sobre productos, oportunidades de crecimiento, mercados,... considerando en todo momento, la creación de valor que se puede generar en la organización.
Debido a que nos encontramos inmersos en entornos que se transforman rápidamente y donde la velocidad del cambio adopta un papel clave, es también necesario que el CFO pueda incorporar nuevas habilidades y herramientas, que le permitan liderar la gestión de dicho cambio en la empresa.
Es por esto que debe convertirse en un hábil y competente comunicador, que no solo le permita explicar el pasado, sino poder anticipar el futuro más próximo y el impacto en la compañía que esto pueda tener.
En este sentido, la funcionalidad de previsiones de tesorería de Embat se vuelve esencial, ya que proporciona herramientas para analizar el pasado y proyectar el futuro con precisión. Con previsiones de tesorería fiables y conectadas al ERP, Embat ofrece visibilidad de flujos futuros, seguimiento de presupuestos y generación de informes personalizables para identificar desviaciones de manera ágil, notificaciones sobre saldos esperados por producto bancario, y monitoreo de flujos de caja futuros, proporcionando fiabilidad y flexibilidad al servicio de la estrategia financiera de la empresa.
Además de la gestión financiera, la importancia de las habilidades de gestión emocional es innegable. Estas habilidades facilitan la interacción con diferentes áreas de la organización y permiten reconocer y comprender las emociones de las personas con las que se interactúa
Asimismo, la transición hacia el desempeño del rol de CVO, requerirá un mayor nivel de aprendizaje continúo por su parte, en áreas que hoy en día no forman parte de su gestión directa y que, en ciertos casos, se “reciclan” constantemente en el tiempo, como por ejemplo en relación a la introducción de nuevas tecnologías, el análisis de datos o todo lo vinculado con la sostenibilidad y el entendimiento que la sociedad va asimilando de la misma.
De esta manera, será necesario que el CFO pueda entender y gestionar el “delicado” equilibrio entre lo que implica una creación de valor en el corto plazo y los impactos en la compañía que esto puede tener en el futuro.
Se trata de que pueda ser quien resuelva y de respuesta a los “problemas estratégicos” que se presenten en la organización, que no solo incluyen los aspectos ligados con las finanzas, centrando su gestión en aquellas áreas que permitan generar un mayor valor.
Queda claro que el llevar a cabo este proceso de crecimiento de su figura, lo equipara potencialmente como el “número 2” de la compañía, lo que le permite convertirse en el partner natural del CEO, y ser considerado en un futuro, como su potencial sucesor interno.
Lo mismo en su relación directa con el consejo de administración de la compañía y los propios accionistas, en cuanto a la comunicación de los avances que se vayan produciendo, en lo que a generación de valor organizacional se refiere.
Por lo tanto, el CFO del futuro (o mejor dicho del presente) debe de adoptar una nueva imagen, con el foco puesto en lo estratégico, donde su función como CVO debe de mantenerse en el tiempo sin dejar de lado el desarrollo de sus funciones principales, por lo que hablamos de un más que interesante reto a lograr por su parte.
¿Será posible para el CFO convertirse en el CVO de la organización?
